Cuando José León Suárez casi fue "Loveday"

 





 Hace 110 años atrás, la localidad de José León Suárez estuvo a punto de llevar un nombre inglés.   

 Documentos hallados que hoy salen a la luz, nos revelan una parte de la historia perdida que nos cuenta como fueron los inicios del pueblo de José León Suárez.

  A su vez, estos documentos parcialmente quemados, con algunas hojas incompletas y sus bordes amarronados, dan cuenta de otra historia, la propia.

  Con rastros mas que evidentes de haber sido presa de algún incendio que pudo haber significado su desaparición y por consiguiente, la pérdida definitiva de la historia que resguardaba, fueron a terminar a una caja de archivos que contenía material ambiguamente clasificado. 

  Allí permanecieron por años esperando ser descubiertos.

  Afortunadamente hoy constituyen un patrimonio histórico invaluable que nos permite reconstruir una parte de la historia hasta hoy desconocida.

   A su vez podemos tomar real dimensión de lo que significó la figura de Arturo Prins.   Sin dudas, el personaje mas importante de aquellos años para el “paraje Kilómetro 24” por ser el primero en pretender impulsar el desarrollo de la industria y el comercio de una zona totalmente rural donde nunca residió.

  Habiendo realizado diferentes gestiones para alcanzar su objetivo, en las que intervinieron algunos de sus contactos políticos, y viéndolas fracasar una tras otra, hará una  jugada muy audaz. 

 Cuando está a punto de lograrlo, se interpone un hecho imprevisto.



Plano de la estación proyectada en Km. 25.150.  FUENTE: Museo Scalabrini Ortiz


  Ocurrió mucho antes que el presidente Marcelino Ortiz decretara la nomenclatura actual de la estación de ferrocarril “ Dr. José León Suárez” que desplazaba a la anterior y provisoria “Kilómetro 24”, cuando el paraje, desolado de vecinos y con tierras tan extensas como vírgenes, era conocido como “los bañados de Villa Ballester”. 

 Tal era la monotonía de su paisaje que daba sensación de tristeza.  Se dirá del lugar que es totalmente improductivo, que nunca ha servido ni para el pastoreo de animales.
  Las vías del Ferrocarril, dividiendo el terreno en dos, significaba uno de los elementos que motivaba cierto interés del ocasional viajero que irremediablemente debía pasar por allí para llegar a San Isidro, Morón o Villa Ballester.  

Retrato del ingeniero Arturo Prins
   El otro elemento que llamaba la atención era una fábrica de ladrillos que lucía orgullosa su elevada chimenea que se podía ver desde muy lejos.  

   Instalada a pocos metros de donde hoy se halla la estación “José León Suárez”, era su propietario un famoso arquitecto que a la vez era ingeniero.  Se llamaba Arturo Prins.
  
  Prins provenía de una familia de buena posición económica que además era partícipe de la élite porteña. 
 
  El joven y talentoso Arturo Prins, había logrado un gran prestigio al ganar el concurso para la construcción de la sede de la facultad de ingeniería.   

   Entonces llamará la atención de Manuel Quintana y Quirno Costa, entre otros importantes personajes, para la construcción de sus palacetes.

   Con el objetivo de poder trasladar su producción a la ciudad de Buenos Aires, Prins realizará entre 1908 y 1910 repetidas gestiones para que el Ferrocarril Central Argentino construyera un desvío hacia su fábrica y así poder disponer de cierto número de vagones semanales.

    Al no conseguir el resultado esperado y viendo fracasar otros intentos para obtenerlo, hará una jugada muy audaz. 

 Lograr la adhesión de vecinos un tanto alejados para solicitar formalmente la instalación de una estación de pasajeros y de carga en el km 25.150, muy cerca de su fábrica.          
                           
    Claramente se trataba de un proyecto con fines económicos particulares que de concretarse, también beneficiaría a los contados habitantes del “paraje Kilómetro 24”. 


   Afortunadamente para Prins, sus gestiones lograrán convencer al presidente Roque Saenz Peña, ya que el 20 de enero de 1911 firmará un decreto autorizando su construcción, al que le incluirá una curiosidad.

  Terminará con la constante de los funcionarios de turno de denominar a las nuevas estaciones del ferrocarril, con el mismo nombre del paraje donde se establecían o bien llamarlas con el nombre del propietario de las tierras donde se instalaban. 

   Esta vez  Roque Saenz Peña sorprendía al indicar en modo imperativo su expresa decisión de llamarla Loveday,  en un claro homenaje a Henry Herbert Loveday, quien fuera Vice Presidente y Gerente General del Ferrocarril Central Argentino entre 1895 y 1910, recientemente jubilado.

Ingeniero Henry Herbert Loveday

Buenos Aires, Enero 20 de 1911 
Decreto de Autorización para la construcción de Loveday
                  
                                 En vista de lo informado por la Dirección General de Ferrocarriles,

    El presidente de la Nación Argentina

Decreta: 
Artículo 1° Atorizase a la empresa del ferrocarril Central Argentino para construir una estación de pasajeros y carga en el kilómetro 25.150 de su línea principal; de acuerdo con el plano y memoria descripctiva presentados, que se aprueban, la que se donimanará LOVEDAY.-
Artículo 2° Comuníquese, publíquese y vuelva a la Dirección de Ferrocarriles a sus efectos.-

                                 Roque Saenz Peña
                                 Ezequiel Ramos Mejía  



   Las obras serán iniciadas y estarán tan avanzadas que la estación  Loveday  será incluida en los primeros planos que publicará el F.C.C.A. en 1911. 

  Pero la estación nunca se terminará.   

    Será suficiente para borrar el decreto presidencial y acabar en forma definitiva con el propósito de Prins un factor nunca tenido en cuenta, el climático.      
                                                                                                                                                                         Inesperadamente, por antojo de la naturaleza, se desató por aquellos días una lluvia intensa y persistente cuya consecuencia inmediata fue la inundación del bañado donde se pretendía construir la estación. 

  Esta situación permanecerá inalterable durante varios meses y será la causa que obligará a desistir definitivamente del proyecto.

Plano indicando donde se pretendía construir Loveday

    En esos días Prins comprenderá que ya era demasiado tarde para pretender instalar dentro del F.C.C.A. una última propuesta para reubicar a Loveday.

    Sin embargo no se privará de hacerlo y solicitará su construcción en un lugar mas conveniente, a la altura del Camino Morón-San Fernando.

    La tajante negativa de la compañia, nada hacía suponer que 21 años mas tarde, en el kilómetro 24, se establecería una estación de pasajeros.    

 
    Completamente olvidado el nombre ""Loveday", la nueva estación del Kilómetro 24 lucirá desde sus inicios un cartel que indicará el kilometraje donde estaba ubicada y deberá esperar hasta el 4 de marzo de 1940 para que el Dr. Marcelino Ortiz le decrete el nombre de "José León Suárez".


FUENTES
Museo Ferroviario Scalabrini Ortiz
Fotografía Ingeniero Loveday:  Caras y Caretas 12/02/1910
https://www.facebook.com/amigosdelriel
https://en.wikipedia.org/wiki/Henry_Herbert_Loveday

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